

Cuidados de los ojos
1. ¡Mira lo que comes!
De acuerdo, no se trata de comer unas cinco zanahorias cada día. En absoluto. La finalidad es mantener una dieta adecuada y balanceada donde se incluyan esas vitaminas imprescindibles para cuidar de nuestra visión. Según los especialistas las vitaminas A y C, así como el magnesio, son básicas para el cuidado de nuestros ojos. La vitamina A por ejemplo permite que las células de nuestra visión trabajen de modo saludable manteniéndose fuertes y saludables.
2. Protégete del sol… hasta en invierno
Es imprescindible que elijas correctamente tus gafas de sol, cuida que estén homologadas y que el cristal, sirva de barrera de los rayos ultravioleta. No te limites únicamente a buscar el sentido estético, cuida que se ajusten a tu rostro, que no sean muy abiertas de los lados y que con ello, dejen entrar el sol. Mira que te caiga bien en la nariz y que te sientas cómoda con ellas. Las gafas de sol no son solo para el verano, en absoluto.
3. ¡Cuidado con los ordenadores!
Lo sabemos ¿cómo vivir sin nuestros ordenadores, nuestras tablets o nuestros teléfonos móviles? Es imposible, e imposible también no sufrir en alguna ocasión una inflamación o irritación ocular. Es imprescindible que recuerdes por ejemplo que la televisión, hemos de verla a una distancia mínima de dos metros. En cuanto al ordenador, lo ideal es tenerlo a una distancia de 50 centímetros y de manera lineal, de este modo el ojo no tiene que acomodarse tanto.
Recuerda además la técnica del 20/20. Por cada veinte minutos que pases ante tu ordenador, debes descansar la vista 20 segundos. ¿Cómo? Muy fácil, dejando la vista en el horizonte, sin fijarla en nada en concreto, solo en el vacío. De este modo relajarás tu visión.
4. ¿Hidratas tus ojos?
Nuestros ojos, al igual que nuestra piel, necesitan de cierta humedad para mantener su equilibrio. De ahí que sea necesario humidificarlos de vez en cuando, y más si sueles padecer de cierta sensibilidad en ellos o si sueles tenerlos secos. No te cuesta nada llevar contigo lágrimas artificiales o gotas recetadas por tu oftalmólogo.
5. Exámenes regulares